Podemos definir la procuraduría como aquella profesión que consiste en la representación directa y voluntaria (desde el punto de vista del derecho civil), legal y técnica (desde el punto de vista del derecho procesal), de los derechos e intereses legítimos de las personas ante los Juzgados y Tribunales de Justicia, primordialmente, y que encuentra su fundamento en el triple beneficio que genera a las propias partes, a la Administración y a los Abogados.